domingo, 3 de diciembre de 2017

Polinización

¿Qué es la Polinización?
Cuando los insectos revolotean de flor en flor, están llevando involuntariamente polen de una parte a otra y realizando la polinización de las flores.  La polinización es la transferencia del polen del estambre (parte masculina de la flor) al estigma (parte femenina) donde germina y fecunda los óvulos de la flor, haciendo posible la producción de semillas y frutos. Por lo tanto, las abejas y otros insectos tan comunes en las flores durante los meses de verano, no se dedican solamente a alimentarse del néctar, sino que están realizando un servicio vital para la planta.
Fecundación, segunda parte del proceso de la polinización
Todas las partes de la flor pueden desempeñar un papel en la polinización, pero los principales órganos que aquí intervienen son los estambres y el estigma. Cada estambre (órgano masculino) consiste en un filamento y un par de anteras, que son los sacos productores de polen.
Cuando los granos de polen están maduros, las paredes de la antera se abren y los dejan en libertad. El estigma es la superficie de recepción de la parte femenina de la flor, el carpelo. El estigma puede estar colocado, o no, sobre una columna, el estilo. Cuando el polen de la misma especie cae sobre el estilo, el proceso de la fecundación comienza.


Polinización Directa o Autopolinización:
la autopolinización es el transporte del polen de la antera al estigma de la misma flor, para trasladarse por el pistilo y llegar al ovario y fecundar con los óvulos que aquí se encuentran.  


Polinización Cruzada
Es cuando el grano de polen de una flor es transportada por el viento (polinización anemófila), insectos (polinización entomófila) y aves pequeñas (polinización ornitófila), al estigma de otra flor de la misma especie.
 
La abeja es el mayor polinizador del planeta y esto se debe a que ha evolucionado junto a la flor y han creado entre ellos un intercambio de favores. Esto se llama mutualismo, todo un ejemplo de colaboración entre diferentes especies.


Así que la flor, que necesita ayuda para su polinización, ofrece a la abeja un dulce regalo, segrega una sustancia llamada néctar, para así provocar la visita de la abeja. Este néctar es el alimento base de las abejas con el que crea la miel, es una sustancia muy rica en azucares. Cuando la abeja se posa sobre la flor, el movimiento y el roce que provoca en ella hace que el polen contenido en los estambres se esparza y se pegue al cuerpo de la abeja, ésta se impregna de polen y de esta forma, la abeja que va recolectando néctar de flor en flor, va repartiendo el polen que tiene adosado en su cuerpo por las flores ayudando de esta forma a la polinización.



¿Pero por qué la abeja es el mejor polinizador?

 Debido a su numerosa población y a su fidelidad floral. Las abejas se especializan en una fuente de néctar de la misma especie y no la abandonan hasta terminarla, esto hace que la polinización sea muy eficiente.


Sabías que…
Una sola abeja puede visitar hasta 1.000 flores por día.
Dos tercios de los alimentos que comemos habitualmente se polinizan gracias a las abejas.
Sin la polinización de las abejas y otros insectos no tendríamos más de una tercera parte de las frutas y verduras que consumimos y 9 de cada 10 plantas silvestres a nivel mundial.
Las abejas son mucho más importantes de lo que pensamos. La producción de alimentos a nivel mundial y la biodiversidad terrestre, depende en gran medida de ellas.


Mira el siguiente vídeo para reforzar lo leído:





Realiza la siguiente sopa de letras:




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